“La primera revolución que transformó
la economía humana dio al hombre el control sobre su propio abastecimiento de
alimentos. El hombre comenzó a sembrar, a cultivar y a mejorar algunas hierbas,
raíces y arbustos comestibles. Y, también, logró domesticar ciertas especies
animales. La introducción de la economía productora de alimentos permitió el
incremento de la población. Antes ningún esfuerzo humano, ni tampoco conjuro mágico
alguno, podía aumentar esta provisión. El cultivo rompió los límites impuestos,
para incrementar la producción de alimentos, solo es necesario sembrar más
semillas, cultivando mayor extensión de tierras”…
V.Gordon Childe, “Los
orígenes de la civilización”
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